
Nos acercamos a la fecha en que se conmemora, en Panamá, el Día del Periodista, 13 de noviembre para ser más específico, esto nos da lugar a preguntarnos cuál es la situación actual de está enriquecedora profesión que tantos sacrificios implica. Es normal ver, hoy, a personas que no han pasado por las aulas universitarias a recibir formación sobre cómo redactar o hacer una nota periodística, seudo denominarse «periodistas», llegando a ocupar lugares directivos en medios de comunicación. Otra de las situaciones que se plantean, y que a los profesionales de la pluma en Panamá nos tiene molestos, es la contratación de no nacionales, igualmente, en cargos directivos, quienes, en ocasiones, se vuelven sus propios verdugos, persiguiendo y hasta nombrando más compatriotas suyos, despidiendo a los comunicadores panameños. ¡Ojo, no quiero ser tomado como xenofóbico! Dejando esto claro, proseguiremos con este escrito, será acaso que con la derogación de las leyes de prensa, que existían en el país, se ha dejado al libre albedrio que cualquiera que alquile un espacio radial, televisivo, escrito y ahora con el modernismo de las redes sociales y el internet, pueda hacer una labor que, además de ser sacrificada, es delicada. No vemos que tal situación ocurra en otras profesiones, un periodista no puede ser arquitecto, un periodista no puede ser médico, un periodista no puede ser abogado, pero, sin embargo, profesionales de otras áreas si pueden usurpar a los reporteros formados en aulas universitarias. Es hora que se nos dé nuestro lugar, que, por muchos años, se nos ha pisoteado, ¿Cuántos colegas han quedado desempleados?, ¿cuántos demandados injustamente, porque escribieron algo que no les pareció a alguien?, ¿cuántos han muerto o sufrido alguna discapacidad por buscar la información y darla a conocer? Profesionales del periodismo, docentes de comunicación social, facultades de comunicación social, gremios periodísticos, se debe hacer un frente común para reivindicar y luchar por nuestra carrera, con una verdadera Ley de Prensa, sin conveniencia, ni manipulación por parte de los dueños de medios. Un mensaje que queremos dar a los que se inclinan por estudiar periodismo, es que se preparen, no solo académicamente, sino emocionalmente, para que, al momento de redactar una nota, den el cien por ciento, sean justos, balanceados, objetivos en lo que desean expresar. Una noticia, reportaje, crónica, ensayo, artículo de opinión, debe ser investigado, documentado, sin caer en especulaciones, porque pueden ser objeto de una demanda por calumnia e injuria. Del mismo modo, no se debe caer en el plagio, hurtar material creativo elaborado por otra persona y hasta con derecho de autor.