Etelvina Hernández Aguirre /Docente Universidad de Panamá
La Comunicación, como práctica social y campo disciplinario está en el centro de la sociedad. Todas las acciones humanas tienen por naturaleza una esencia comunicativa; por tanto, su abordaje como objeto de estudio resulta complejo en el intento por formular la pregunta científica que delimite el estudio.
Esta es la tarea emprendida en estos momentos por los estudiantes del doctorado en Ciencias de la Comunicación, quienes avanzan en este esfuerzo académico con miras a formular esa pregunta que tenga su propia especificidad, y al final, aportar los constructos teóricos-conceptuales y metodológicos desde los cuales se pueden mirar y entender las prácticas comunicativas de la sociedad panameña.
El proceso investigativo inicia con una pregunta que se va construyendo, dando lugar a otras interrogantes, fundamentadas en un cuerpo teórico robusto sobre el cual gira dicha indagación. Esta pregunta se pone a prueba una y varias veces, es parte de la lógica investigativa y se requiere de la persistencia y acuciosidad de los investigadores.
Delimitar el objeto de estudio es detenerse en una problemática observada que emerge de la realidad, la cual resulta imposible abordar en su totalidad. Solo una parte de ella constituye el objeto de estudio. Para luego, buscar la consistencia interna entre los elementos del proceso investigativo. Sin lugar a dudas, es una labor ardua y a veces desalentadora, pero salvado ese escollo, lo demás fluye.
En nuestro país, pocas investigaciones dan cuenta de las interrelaciones que se establecen entre audiencia, medios, mensajes y cultura. De igual modo, el tema sobre cómo los receptores construyen los significados sociales de los mensajes mediáticos y de las plataformas digitales, son deudas académicas acumuladas por años.
Por ello, nos congratula conocer el mapa de problemas planteados por los doctorandos con más de 20 preguntas de investigación que trazan la ruta a seguir en lo que a investigación se refiere. En este sentido, consideramos que la naturaleza transversal de la comunicación también debe abordarse bajo un enfoque cualitativo. Esto permite categorizar esos aspectos encubiertos que no dicen los números y las cifras frías.
Las entrevistas a profundidad, los historiales de vida, grupos de discusión, la observación guiada, análisis de contenidos cualitativos, entre otras técnicas, son las grandes aliadas en la búsqueda de la información que pudieran aportar los sujetos determinados por sus prácticas culturales y hábitos sociales.
En el contexto actual, es oportuno ponderar la era de la digitalización, la cual ha reconfigurado el espacio público desde donde fluye la información, posibilitando nuevas formas de decodificación por parte de los usuarios, y una mayor oportunidad para la participación ciudadana de una comunidad que resignifica los actos comunicativos y revalora su propio entorno mediático.