Luis Oldemar Guerra /Periodista
Parece que nuestro país en estos momentos le está haciendo honores a aquella frase “Sálvese quien pueda”, y decimos esto por los altos niveles de inseguridad que se vive día tras día, hora tras hora. Es inconcebible que la delincuencia ha ganado terreno, ya a cualquier hora del día sin importar que los vean cometer hechos delincuenciales grabados por cámaras de seguridad de algún negocio o las de los celulares cuyos dueños registran la situación de manera incógnita. Cómo es posible que una madre con su hija perdiese la vida al ser arrolladas por un vehículo cuando salen corriendo para no ser víctimas de atraco luego de ser perseguidas por personas del mal vivir.
Otro caso reciente, fue el suscitado en las afueras de un hotel de la localidad, una riña en donde varias personas atacaron a golpes a un joven de 21 años, quien pierde la vida producto de estos. Y qué decir del hurto, en el que vehículos estacionados afuera de las residencias de sus dueños o en estacionamientos donde se registra un evento, son vandalizados para robarles ya sean pertenencias, objetos de valor dejados en ellos, hasta los cerebros de los motores. Por más que los dueños de estos lleven pruebas de videos donde se ve cometiendo el acto, en muchas ocasiones se quedan como un misterio sin resolver.
Uno de los sectores que ha mostrado durante el presente año tener un incremento de hechos delincuenciales es San Miguelito, y ante este hecho el ministro de Seguridad Juan Manuel Pino indicó que se debe a tumbes de droga que han despertado viejas rencillas y promueven las peleas por el control del territorio entre los grupos delincuenciales que operan en el sector y son responsables del 80% de los casos de homicidios que se han registrado.
Pero la propia ciudadanía se cuestiona ¿Qué están haciendo los estamentos de seguridad? ¿Hasta dónde van a llegar estos hechos que nublan la imagen del país? ¿Qué se espera para realmente tomar acciones que los controlen?