El deporte como necesidad ética

Vie, 17/03/2023 - 19:12
Autor:

Lic. Alberto A. Araba M. /Facultad de Humanidades

La ética como estudio a lo largo de la historia se le ha asociado desde una perspectiva de expresión humana generalmente enfocada en el quehacer político, cotidiano, laboral entre otros; ciertamente, aunque esto sea así, le limita en gran medida ese trabajo de experimentación propio que todo conocimiento debe tener para comprobar entre el ensayo y el error, el mejor camino que la ética debería llevar a escala medible sin afectar a cientos de personas. Existe una expresionalidad humana que a lo largo de la historia desde que esta se fue asentado, desarrollando y en la actualidad consolidando, no solo ha ayudado de manera física a las personas que lo ejercen como lo es el deporte, sino que además tiene algunos componentes en sí mismos que serían de mucha utilidad en ese laboratorio que la ética necesita encontrar.

El deporte primeramente tiene un componente deontológico crucial que encaja perfectamente con la necesidad ética de aquellos parámetros que hacen que la acción deportiva que se realice tenga marcos axiológicos establecidos que ayudan a acceder a esa medición científica del cual a la ética le sería de mucha utilidad. Pero en este punto, ya a nivel personal me enfocaré en lo referente al tema del arbitraje deportivo y la gran necesidad que la ética puede cosechar de esta profesión, primeramente, porque el profesional de la filosofía ética tiene un espacio preestablecido con normas fundamentales y, sobre todo, puede hacer un perfecto trabajo de campo junto a personas que libremente se expresan en comunidad y manifiestan en el deporte.

Toda la gama de valores que necesitan vislumbran para lograr ciertos objetivos, el cual fundamentalmente es ganar; si lo vemos más de cerca, se podría decir que un deporte realizado en un estadio es un reflejo a escala del devenir recurrente en sociedad, hay muchas concordancias como son los equipos, posición definidas, reglas, espacio físico con líneas preexistentes que se deben respetar, tiempos estipulados, personas que lideran organismos superiores, y mucho más, pero que, si ahora quitara la palabra “deporte” de este escrito en estos momentos, cualquiera pensaría que todos esos puntos que he mencionado es porque hacía referencia a la sociedad actual.

Veo oportuno mencionar la gran riqueza que esconde el deporte más allá de los premios y el desarrollo social que ofrece, sino que además a nivel académico y de la ciencia humana, el profesional de la ética puede aprovechar de todo lo que el deporte tiene para lograr ese espacio de estudio a escala de la sociedad, pues aquellos que lo practican siguen reflejando indudablemente lo que viven en el día a día de su entorno y manifiestan con sus emociones, caracteres y valores justamente aquello que la ética necesita comprobar en sí misma y hacer eso es lo que demuestra la utilidad que esta tiene y no solo eso sino además con ese estudio a pie de terreno en el trabajo arbitral, el profesional de la ética utilizaría su conocimiento en bien del otro.