La Tecnología Moderna y el Aprendizaje

Vie, 05/10/2018 - 18:01
Autor:

REDACCION

El siglo XX ha sido de una revolución tecnológica que nos ha permitido cambios fundamentales en la comunicación, información y el aprendizaje; estos cambios se han venido sucediendo a unas velocidades no calculadas con anterioridad. Hoy, las informaciones se llevan a puntos equidistantes, de miles de kilómetros, en segundos. El tiempo se ha reducido al máximo; el espacio que equivale a tiempo en términos de comunicación también se ha reducido. Ya son pocos los pueblos que no tienen noticia de otros lejanos y de cómo viven, qué piensan, qué les sucede, cómo trabajan y cómo aprenden y viven. De tal manera, la dimensión tiempo-espacio se ha reducido gracias a la tecnología. Con la tecnología actual podemos tener más experiencias, acortar el tiempo de aprendizaje, vivir más rápido o quizás vivir más, puesto que el tiempo se prolonga desde cierto punto de vista. Las investigaciones se vuelven más fáciles y mejores, las decisiones del hombre más ajustadas a la realidad. También, puede ocurrir un error en el manejo de los computadores; por ejemplo, en la maniobra de los cohetes nucleares llegando a destruir nuestro planeta y con esto nuestra civilización tecnológica, o simplemente con el abuso del uso de computadores se pueden atrofiar las funciones mentales por su no uso; podría suceder que un pequeño grupo sea el que piense, trabaje, cree y maneje a toda la masa, y dentro de ella unos cuantos serían los que instrumentarían y arreglarían las máquinas. Podría llegarse a que la misma computadora se programaría para arreglarse a sí misma en caso necesario, dejando al hombre a un lado. De todas maneras se quedaría el hombre con sus sentimientos, sus valores, sus impulsos vitales, sus necesidades biológicas, emocionales, de amar y de conocer. Actualmente, se habla de la enseñanza por medio de la “informática” con los computadores y la automatización. Los computadores, las calculadoras de bolsillo ya los tienen los niños en primaria y secundaria. Hoy, los cálculos que demoraban horas y hasta días se hacen en segundos gracias a las computadoras. Basta hacer maniobrar unos botones para que los datos en la computadora resuelvan una serie de problemas que con anterioridad requerían hasta meses o años. De tal manera se han resuelto innumerables problemas de tiempo, espacio, dinero y se han evitado errores humanos. La enseñanza de la programación de las computadoras no es misterio o cuestión de científicos electrónicos; ya al muchacho se le está enseñando, desde pequeño, la teoría de conjuntos, que, luego, comprendiéndola es la base para entender la teoría de sistemas y luego la programación. El cambio ha sido tan rápido que el mismo hombre no ha aprendido todavía a encontrar todos los objetivos acerca del papel de las máquinas en el futuro y de cómo el ser humano debe utilizarlas y comportarse con respeto a esta tecnología. La computación ha traído y traerá problemas sociológicos y psicológicos y, por ende, su repercusión en el aprendizaje. Uno de los problemas que se pueden observar es cómo el sujeto puede maquinizarse de tal manera que no piensa sino que actúa, no imagina sino máquina, se convierte en otra máquina o instrumento que maneja la máquina; se transforma en el hombre-máquina, del que en un escrito de hace ya treinta años, personalmente lo planteaba, y que a continuación me permito transcribir, bajo el título “El cerebro mecánico, la cibernética y la libertad humana” (1953), pues es interesante cómo en él, antes de haberse desarrollado las computadoras, ya estaban planteándose las consecuencias futuras.